jueves, 28 de septiembre de 2017

Yo, mis miedos normales y mis miedos míos

Tengo muchos miedos, sí, soy una persona muy miedosa. Tengo miedos, como todo el mundo. 

Tengo miedos normales, ya sabéis lo típico. Miedo a volver sola a casa por la noche (que no debería, pero sí). 
Tengo miedo a dar a un timbre en vez de al interruptor de la luz cuando subo las escaleras de un piso ajeno.
Miedo a olvidarme cambiarme de calzado al salir de casa e ir al trabajo en zapatillas de andar por casa.
Tengo miedo a las alturas.


Tengo miedo a las películas de miedo. Sobre todo las de susto, esas que de repente, sin previo aviso...uh! susto! Pufff con eso no puedo. Me da mucho miedo, me asusta mucho. Siempre grito. Mucho.
Tengo miedo a hacer el ridículo.

Aparte de los miedos normales, tengo miedos un poco más míos, como miedo a pesarme. Bueno, a pesarme no, lo que me da miedo es mirar el dígito que marca la báscula cuando me subo en ella. De hecho, me da tanto miedo que últimamente me subo sin mirar después el dígito. Me subo a la báscula, y me bajo sin mirar...así si no se lo que marca no paso miedo. Y todos contentos.

Me da miedo cuando ando mirando/cotilleando las redes sociales y a mi gato le da por pasearse sobre  el teclado o tumbarse en él. Me da un miedo atroz que al pisar le de a "me gusta" a diestro y siniestro, o le de por enviar peticiones de amistad indiscriminadamente. 


Más miedos míos... hay un miedo muy mio, que creo que solo tengo yo o por lo menos no conozco a nadie mas con este miedo. Y es que ademas me trae por la calle de la amargura. Llevo toda la vida pasando miedo casi casi a diario. Necesita explicación. 

Hace unos cuantos años, por lo menos 15 años (casi nada). Recuerdo una tarde/noche que estaba yo duchándome tan tranquilamente. En concreto estaba enjabonando el pelo cuando entró mi hermana en el baño (hasta aquí todo normal). Poneros en situación, yo en la ducha, con el pelo lleno de champú y espuma (quizás demasiada espuma), tanta espuma que se me escurría por la cara y se me metió un poco en los ojos. Los cerré, como es lógico, aún así escocían un poco debido a la espuma que había entrado.

Mientras tanto, mi hermana se había ido del baño y sin darse cuenta, apagó la luz. Yo no me di cuenta de que ella había apagado la luz. Bastante tenía con intentar sacarme la espuma de los ojos.
Total que cuando conseguí aclararme el pelo (y los ojos) y los conseguí abrir, lo vi todo negro. Todo estaba oscuro. Y aquí mi miedo, el  que me persigue desde entonces. Al abrir los ojos y verlo todo negro pensé que debido a la espuma (y las sustancias químicas) del champú, al entrar en contactos con los ojos (órgano delicado) me había quedado ciega. Sí, sí ciega del todo, que no volvería a ver en la vida. Si os digo que hasta que no salí de la bañera, miré por la ventana y vi la luna no me quedé tranquila. Realmente pensé que e había quedado ciega. Menudo susto!

Lo mejor de todo es que unos años después, yo que se 5 ó 6 años. Misma situación, tarde/noche, me estoy duchando, pelo enjabonado a tope, espuma comienza a escurrirse por la frente, llega a los ojos (peligro! zona peligrosa!!) cierro los ojos pero entra un poco de espuma en ellos. En paralelo entra mi hermana a por algo al baño y....efectivamente, al irse apaga la luz (yo no me entero de esto). Cuando consigo aclararme los ojos con bien de agua, los abro y ...todo negro! no veo nada! y mi primer pensamiento fue: "ahora sí que sí. Ahora si que me he quedado ciega".

Os prometo que lo pensé en serio. Salí de la bañera sin aclararme el pelo ni nada, miré por la ventana y...menos mal, por suerte estaba allí como siempre, la luna, la veía!! no estaba ciega!!! (yeah!) sí, uno de mis mayores miedos en esta vida es quedarme ciega debido a la espuma del champú.

Para terminar, otro de mis miedos. Sí, mio, y este me atrevería a asegurar que soy la única persona en el mundo con este miedo. Tengo muchísimo miedo a morir asfixiada debido a que la pasta de dientes se me va por el otro lado, no puedo respirar, me asfixio y muero.
No es broma, todos los días lo paso fatal. Pero la causa de este miedo ya la explicaré otro día.


lunes, 25 de septiembre de 2017

Carrera espartana o la mejor excusa para llenarse de barro

Hacía tiempo que quería participar en una carrera espartana . Es decir carrera con obstáculos, subir muros, pasar pruebas, arrastrarse sobre el barro, cargar troncos... sí, se paga por hacer ese tipo de cosas. Llevaba mucho tiempo queriendo hacer una. El sábado lo conseguí. Participé en una espartana, en concreto en la conocida como Tough Mudder, y ...bueno, no os voy a engañar, me esperaba otra cosa. Como experiencia estuvo bien, fue algo diferente, fue divertido, pero dudo mucho que repita.

Quizás me esperaba otra cosa, quizás me esperaba algo mas deportivo. Más reto. Esperaba terminar cansada o tener agujetas al día siguiente. Quizás más pruebas o al menos más pruebas de subir muros, trepar por cuerdas y... menos barro. Al final me quede con las sensación de que la finalidad de la  prueba era rebozarse en barro.

Quizás, debido al nombre (espartanas) lo tenía idealizado o tenía otra idea de lo que podía llegar ser.
Cuanto daño ha hecho el cine.

Aviso!! para los que estéis pensando participar en una espartana. Ahí van un par de consejos  y opiniones personales al respecto:
  • No es una carrera de velocidad o resistencia, no es un evento deportivo. Es un  evento para ir en grupo y pasar un día divertido y entretenido. Si se tiene pensado participar con la finalidad de mejorar un tiempo o en modo competición, es mejor que quitarse de la cabeza acudir a este tipo de carreras.
  • Lo ideal es participar en grupo. Otros eventos de este tipo maratones, carreras... en algunos casos (en función de la persona) quizás se pueda ir sólo o en grupo. Pero una carrera espartana sin duda es un evento ideal para participar en grupo. Está claro que en equipo se va más lento porque hay que esperar unos a otros. Pero sin duda es mucho más divertido. Hay además pruebas pensadas para colaborar unos con otros, una persona sola no podría (o sería más difícil) que las pudiera superar.
  • Una vez allí colabora, participa, disfruta, diviértete, ensuciate,  ayuda y déjate ayudar. No ayudes sólo a los miembros de tu equipo, una vez metido en faena (o en barro) ayuda a quien lo necesite a quien tengas al lado. Es algo que si que me gusto, lo solidaria que es este tipo de carreras. Todo el mundo ayuda a todo el mundo. Hay pruebas del tipo subir una pared (con una rampa bastante inclinada y teniendo en cuenta que todos estamos embarrados y mojados...es muy difícil sin ayuda,pero siempre se encuentra una mano amiga a la que agarrase o un hombro en el que apoyarse (o pisar) o una persona  que se descuelga de arriba para izarte...jamás te sientes sólo o incapaz.
  • Me repito, no es una carrera. No hace falta estar en forma para hacerla. Cualquiera puede participar. Si tenéis dudas o miedo. Tranquilidad!! todo (todo!!) el mundo lo consigue con buen estado de forma o sin forma alguna. Como ya he dicho lo ideal es ir en grupo para ayudarse unos a otros, por eso al final todos los participantes consiguen terminar la prueba. Además si por alguna razón, algunas de las pruebas no se quiere o no se puede hacer, no pasa nada. No son obligatorias, siempre se puede no hacer. 
  • El sábado incluso participo una chica en silla de ruedas y entre su grupo de amigos y el resto de participantes (ya os avancé, es una carrera muy colaborativa) pudo terminar la competición como todos los demás. Eso sí me temo que la silla de ruedas quedó un poco deteriorada/sucia.
  • Este tipo de actos me siguen demostrando que el ser humano merece la pena. Aún queda gente buena.

    • La finalidad es llenarse de barro. Ve mentalizado. Aunque no quieras, si no te manchas tú...al final siempre alguien te manchará, salpicará o se tirará en bomba a tu lado y si todo esto falla seguro que en algún momento te resbalas y te caes...  aunque también una vez te toca nadar en una piscina de barro... pocas opciones de ir limpio te quedan. A final llegamos todos a meta rebozados y empanados.

    • Consejos prácticos: 
      • lleva ropa vieja. Que no te importe tirarlo después. Te vas a embarrar, te arrastrarás por el suelo, te rozarás, te harás heridas... no merece la pena ir preocupado todo el rato por la ropa. Además después por muchas veces que se lave el color ocre del barro no se quitará NUNCA!
      • yo recomiendo (si el tiempo lo permite)ir en pantalón corto, ya que la suciedad se quita mejor de la piel que de la ropa.
      • más consejos. Evitar ropa de algodón y evita ropa  larga ya que cuando se moja pesa más y serán un par de kilos (o más) con lo que habrá que cargar el resto de carrera. Lo ideal ropa de material deportivo y de secado rápido.
      • calzado viejo también (pero sin pasarse). El sábado vi a más de uno y más de dos  participando sin suelas, ya que llevaron calzado (muy) viejo. Hay que tener en cuenta que el barro es muy adherente y hace que nos peguemos al suelo, hay que hacer fuerza para caminar y despegar los pies del suelo. Si el calzado es muy viejo las suela se despegará. Y unas zapatillas sin suela son unos calcetines con cordones. Correr sobre piedras, palos y barro sin protección en la planta del pie puede llegar a ser molesto y doloroso.
    Aunque me esperaba otra cosa me alegro haber participado, creo que es una experiencia que hay que vivir al menos una vez en la vida.

    Aunque me esperaba otra cosa, el sábado pasado me calcé las zapatillas más viejas que tengo (esas con agujerito en el dedo gordo del pie), me puse unos pantalones que están a punto de ser jubilados y me peiné mis trenas de los eventos deportivos (con grandes cantidades de laca para que aguanten) y me lancé al barro, a disfrutar como nunca (como siempre).


    jueves, 21 de septiembre de 2017

    Mi gato es bilingüe

    Hace aproximadamente tres años y poco me hicieron uno de los mejores regalos que me podían hacer. La posibilidad de tener un gato. Sí, habéis leído bien. La posibilidad de tener un gato, no un gato en sí.

    En Alemania, lo común es que no te permitan tener mascotas en las casa. Es complicado conseguir que te permitan tener uno, por eso cuando recibí la noticia.Tras días de duras negociaciones, teníamos el SÍ, se nos permitía tener un gato en casa. Fue uno de los días más felices de mi vida. No exagero.

     Los que me conocéis sabéis que además de adorar los animales (todos), además necesito tener animales cerca y son uno de mis temas de conversación preferido. Puedo prescindir de muchas otras cosa, pero sin animales cerca todo me resulta más difícil.

    Barajé la opción de tener un perro, pero siendo realista, no podría dedicarle el tiempo que necesita y que se  merece. Habría sido muy egoísta tener un perro. Un gato es la mejor opción. Son más independientes, tienen el baño en casa, no hace falta sacarlos de paseo y pueden pasar ocho horas (o más) en casa solos. Aunque por experiencia he de decir que los gatos están deseando de que lleguemos a casa después del trabajo para contarnos lo que han hecho durante el día (hay gatos muy habladores), están deseando recibir su ración de cariño y de paso que les demos (un poco más) de comer, je je,

    Me encantan los animales. Todos. Me dan igual gatos, que perros, que periquitos, que ... el que sea. Todos los animales merecen ser tratados con el respeto que se merecen, como seres vivos que son. No entiendo cómo hay gente capaz de maltratar, abandonar o tener en condiciones insalubres a los animales. En serio, no lo entiendo.


    Sigo por donde iba, mi regalo. La posibilidad de tener un gato. Llamadlo destino o casualidades de la vida. Al poco de recibir mi regalazo, me enteré que una persona no podía hacerse cargo por más tiempo de su gato y lo iba a llevar a la perrera. Por lo que decidimos adoptar al animal y evitar así que pasara por ese trámite tan poco agradable que es ir a la perrera.
    Por supuesto que me encanta los gatitos pequeños, los cachorros son muy adorable. Pero yo prefiero dar una segunda oportunidad a gatos, (o en caso de haber podido) perros que hayan sido abandonados. Las perreras están llenas. Hay un montón de perros y gatos que están deseando volver a ser felices en un nuevo hogar. Están deseando de volver a recibir y dar cariño. Si estáis pensando adquirir una mascota, por favor pasar primero por la perrera que más cerca os pille, hay un montón en todas las ciudades y por desgracia todas están llenas. Dad una segunda oportunidad a cualquiera de los animales que hay allí, os aseguro que no os arrepentiréis.



    Pero por supuesto, antes de llevaron un animal a casa, sed conscientes de la responsabilidad que ello conlleva. Hay que cuidarlos, alimentarlos, darles cariño, llevarlos al veterinario. Pensad qué haréis con el nuevo miembro de la familia cuando vayáis de vacaciones... no es como comprarse una bici que la dejas aparcada y punto. Estamos hablando de seres vivos.
    Sed responsables antes de adquirir un animal. No so dejéis llevar por un capricho. Por desgracia,  por culpa de personas irresponsables las perreras (y las cunetas) están llenas de animales abandonados.


    Pues eso, que decidí hacerme cargo de Karlsson (que así se llamaba entonces) antes de que el pobre acabara en la perrera.

    Cuando llego a casa tenía dos años. Nos avisaron de que era un gato agresivo, poco amigable y que solía morder. Vamos, una joya. Aún así y con esta carta de presentación algo me decía que ese gato merecía una segunda oportunidad y nosotros estábamos dispuestos a dársela.
    Cuando fuimos a por el nos costó bastante meterlo en el transportín, su antigua dueña lo tenía miedo y no se atrevía a cogerlo. Cuando llegó a casa se metió debajo de una cama y tardó casi una semana en salir.  En casa, su nuevo hogar no se le obligó a nada. Le dimos su tiempo, un cambio tan grande no es fácil. Él no entendía nada, todo era nuevo, diferente, casa nueva, gente nueva, idioma nuevo(él hasta entonces sólo había escuchado alemán y de repente... español!) demasiado cambio.

    Después de los primeros días de susto, Larsson. Que así se llama ahora. Fue rebautizado debido a mi incapacidad para decir Karlsson, no se pronunciarlo, por lo que sea no se decirlo y una sutil diferencia que a mi me hace la vida más fácil y a Larsson (creo) le da igual. Por lo menos nunca se ha quejado.
    Larsson se fue adaptando poco a poco a la vida en su nuevo hogar. Tras más de tres años con nosotros he de decir que nunca le vi una actitud agresiva, nunca muerde (a no se que sea jugando y en esos casos no aprieta), ha prendido español (por lo menos las palabras más importantes como comida o yogur), se ha convertido en el dueño de la casa y aparte de ser el gato más suave y bonito del mundo, a demostrado con creces que es el gato más mimoso que te puedes echar a la cara. Necesita altas dosis de cariños todos los días.


    Todo el mundo merece una segunda oportunidad.



    martes, 19 de septiembre de 2017

    Vuelta al cole

    Toc, toc. Hola? hay alguien por aquí? soy yo, Silvia. ¡He vuelto!

    Tras un tiempo de vacaciones. vacaciones de todo. Tocaba descansar, desconectar y recargar energía. Una vez descansada, desconectada (del todo y de todo) y los niveles de energía tope. Toca volver a la rutina. toca la vuelta al cole.
    ¿Cómo ha ido el verano? ¿y las vacaciones?

    Yo vuelvo con la misma ilusión que cuando era pequeña y volvía al cole. Con ganas de hacer las cosas bien, de esforzarme y mejorar.
    Como antes de las vacaciones, intentaré escribir frecuentemente, de temas variados. Ya sabéis que no me gusta escribir siempre del mismo tema. Cada día de lo que surja, variadito. 

    En principio, por ahora, no tengo ningún reto en mente, ya que los retos (o propósitos de año nuevo) por (con) los que comencé este blog eran eso, propósitos de año nuevo. Este año me di prisa en cumplirlos y hasta el 31 de diciembre no toca escribir una nueva lista. Eso sí, se aceptan propuestas de retos, compromisos, propósitos para el año que viene. Aunque bueno...alguna idea ya voy teniendo, siempre nuevas ideas son bienvenidas.

    Hoy como el primer día de cole, es más corto que después de las vacaciones el primer día cuesta volver a la rutina. Además sólo quería pasar por aquí para saludar y avisaros de mi retorno al teclado y la letra escrita. De mi retorno plasmar mis pensamientos en letras. 

    ¡He vuelto!