sábado, 4 de febrero de 2017

37 días

Sólo 37 días. sí 37 días! 37 días para el triatlón? No! 37 días para la primera gran prueba de este año. La media maratón de Frankfurt. Qué nervios! qué ganas!.

Antes de meterme en materia, recordaros lo más importante, la finalidad de este reto. Colaborar con proyectos de investigación contra el cáncer infantil. Ojalá supiéramos los días que quedan para encontrar la manera de erradicar esta terrible enfermedad. Mientras tanto hay seguir investigando. Muchas gracias a los que ya habéis colaborado 😊 y animo a los que faltáis. No se tarda nada y toda aportación vale un mundo:
http://www.miretocontraelcancer.aecc.es/reto/triatlon-challenge-heilbronn

Ganas? nervios? sí sí, es una mezcla de sentimientos... Me gusta. Ese gusanillo que se siente en el estómago antes de cada carrera. Es una mezcla entre "quién me mandará meterme en estos jaleos"  y "a ver si se pasa pronto esto y ya me lo quito de encima".

Los nervios pre-carrera yo los tengo desde el minuto uno del día. Las ganas desde antes de apuntarme. El día de la carrera me levanto ya mentalizada para competir. Tengo espíritu guerrero. Ya según me despierto, mientras me preparo el café se me vienen a la mente las palabras de Leónidas en la película de 300: "Espartanos, preparad el desayuno y alimentaros bien. Porque hoy, cenaremos...en el infierno!". El infierno de las agujetas obviamente.
Y me preparo el desayuno de los campeones!Que hay que ir con las pilas cargadas a la carrera💪 (es importante ir con energía, pero no os preparéis un banquete, que luego pesa el estómago y se puede pasar un mal rato). Lo ideal es desayunar como todos los días no innovar.

Ya una vez en el lugar de la carrera empiezo los nervios de verdad (hasta ese momento normalmente son un pequeño cosquilleo en el estómago...nervios de poca monta), pero una vez allí empiezo a ser consciente de lo que se viene encima. Veo a los demás corredores, igual de nerviosos que yo, todos diciendo que lo importante es participar. Participar? jaja, qué mentira. Todos sabemos que en el fondo todos pensamos que lo importante no es participar, lo importante es superarse a uno mismo (lo de participar lo decimos a los demás para cubrirnos las espaldas en caso de que las cosa salga mal).

Lo que os iba diciendo, que una vez en lugar de la carrera, rodeada del resto de corredores, empieza el nerviosismo, la risa floja y las ganas de hacer pis cada poco... Pero lo peor viene cuando empiezo a ponerme el dorsal. En serio, alguien ha sido capaz de ponerse el dorsal bien a la primera? me coloco el primer imperdible (abajo a la izquierda), coloco el segundo imperdible (arriba a la izquierda) y cuando termino con el tercer imperdible (arriba ala derecha), me doy cuenta de que tengo el dorsal "un poco" a la izquierda, vamos que lo llevo casi a la espalda... me quito los imperdibles, me vuelvo a poner el primer imperdible y el segundo...segundo intento, esta vez muy arriba (casi de babero)...argggg! otro intento... esta vez muy torcido, que para ver el número hay que ladear la cabeza unos 45º... mira, da igual!así mismo vale.
Una vez colocado (más o menos) el dorsal, empiezo a colocarme bien las zapatillas de correr, que estén bien atadas (es una faena en mitad de carrera, tener que parar a atarse los cordones) me aseguro que estén bien atados. Las ato...muy flojo, si corro así se me sale el calzado. Los desato, los aprieto y vuelvo a atar..esta vez muy apretados. Duele! aprieta tendría que correr casi de puntillas. Los aflojo...se me salen otra vez, jolines! nadie dijo que encontrar el ajuste adecuado nunca fue tarea fácil. Una vez que encuentro la presión justa, voy poco a poco hacia la línea de salida. Se acerca la hora del pistoletazo de salida (cojo aire y respiro profundamente).

Los momentos antes de cada carrera, yo siempre me siento un poco como la escena inicial de la película Gladiator. Si hombre! esa cuando pasa la mano por el trigo y mira a su alrededor observa el terreno justo antes de la batalla. En serio, mi sensación es algo muy similar. Respeto. Concentración.


Al final todas las competiciones tienen algo, un algo que te genera respeto. Respeto bien porque es la primera vez que vas a competir. La primera carrera. Siempre es especial, no sabes como van las carreras, nunca has corrido con tanta gente alrededor...los nervios pre-salida. Qué subidón! la adrenalina a tope.
Respeto quizás porque es una distancia a la que nunca se ha enfrentado (la primera de 10 kilómetros por ejemplo). Respeto porque es una distancia ya conocida pero se quiere superar el tiempo...O simplemente no es respeto, es emoción por la propia carrera en si. Hay carreras muy emotivas (la carrera de la mujer, la de ponle freno con las victimas de accidentes de tráfico...) son carreras con ese aporte emotivo que hace que a la salida tengamos todo un nudo en la garganta.
Hay otras carreras que son increíbles simplemente por la compañía. Participar en grupo, con amigos o en pareja es toda una experiencia (muy bonita), lo recomiendo.
Vivir los nervios juntos, llevar los dorsales igual de mal colocados, en línea de salida mirarse unos a otros al estilo Gladiator, durante el recorrido animarse uno otros mientras vas pensando los kilómetros que quedan y restando los que te faltan...pero sin duda el momentazo es la llegada a meta. Cuándo sabes que estás llegando, ya no sientes casi las piernas, pero sabes que lo vas, lo vais a conseguir, SÍ! llegas, llegáis a meta. ese momento...cruzar la meta, con los brazos en alto, una sonrisa de oreja a oreja, con la cara muy roja (casi rosa fosforita), sudada y con gestos de dolor. Es muy curioso como es directamente proporcional el sufrimiento que se haya sufrido durante la carrera con el tamaño de la sonrisa y lo alto que se suben los brazos. A más sufrimientos mayor es la sonrisa. No quedan fuerzas ni para respirar, se sienten calambres en las piernas pero siempre queda la energía suficiente para  levantar los brazos, alto, muy alto. Si ese instante lo vives con amigos, pareja, familiares... sólo por ese momento merecen la pena todos los nervios, sufrimientos y las agujetas de días posteriores.

2 comentarios:

  1. Los nervios son inevitables ante cualquier situacion, lo importante saber controlarlos...lo digo por experiencia...a mi me pasa cuando me subo a un escenario antes de que se abra el telon.....siempre!!!!

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    1. Desde luego que si. Es inevitable ponerse nerviosa. Sobre todo cuando se lleva tiempo preparando algo y le has dedicado esfuerzo y has puesto ilusión en ello.
      Desde luego saberlos controlar es lo importante.
      Rocío, tu controlas mit bien los nervios. Sobre el escenario lo haces(todas las del grupo de teatro lo hacéis) muy bien

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