martes, 14 de febrero de 2017

De cuestas, esponjas en el culo y agujetas

Después de unos días escribiendo de temas no relacionados con los entrenamientos ni con el triatlón (temas importantes a los que merece la pena dedicarles un entrada). Hoy, volvemos a los orígenes. Hoy toca ... bicicleta!

Y cómo no, lo primero lo importante. Recordaros la página desde la que podéis colaborar con este reto. Parece que se va consiguiendo poco a poco. Pero aún queda mucho por hacer y no nos podemos quedar estancados.
Muchos habéis colaborados ya. Mil gracias! todas vuestras donaciones son un gran apoyo a la investigado contra el cáncer. Los que aún no habéis hecho vuestra colaboración, pero la queréis hacer. No lo dejéis más. No se tarda nada. No se tardan ni 30 segundos, venga! no lo dejéis más!
http://www.miretocontraelcancer.aecc.es/reto/triatlon-challenge-heilbronn

Vuelta a los entrenamientos. Hoy toca pedalear, hoy toca hablar de lo sano y divertido que es la bicicleta. Venga, subid a la bici que hoy nos vamos a rodar un rato.

El ciclismo como todos los deportes es más divertido (y seguro) practicarlo en grupo. Aunque hay veces que no es posible. He de decir que en mi caso, tengo la suerte de tener un grupillo de amigos que les gustan tanto hacer rutas en bici como a mi. Sobre todo en verano, raro es el fin de semana que no preparamos alguna salida. También he de decir que somos de todo menos profesionales, pero (eso sí) estamos todos muy motivados 💪. Sobre todo porque normalmente al terminar la ruta solemos hacer parrillada o reponemos fuerzas con un helado y bueno... eso siempre motiva .

Recuerdo el primer día que decidimos hacer la primera ruta "en condiciones". El grupo por aquellos entonces aún eramos sólo dos. Ese día queríamos innovar, recorrer una distancia más larga que la que separa nuestra casa de las piscinas (que era la ruta a la que estábamos acostumbrados) y si era posible que incluyera alguna subida (por darle emoción y tal).

Habíamos planeado una ruta por una zona de la que nos habían hablado mucho y bien. La idea no era llegar a ningún destino concreto, sino ir un rato por la ruta (disfrutando) y en algún momento darnos la vuelta y deshacer el camino. Hasta ahí todo bien. Un plan sin fisuras.

Comenzamos la ruta pronto, con la fresca. Cuando teníamos la energía aún intacta llegó la primera subida. Escucho "ojo, que viene repecho!". Cambié de marchas, pongo la más blanda posible y empiezo a dar mil pedaleadas, pero la bici no avanzaba o bueno sí avanzaba, pero muy poquito. Aproximadamente por cada 1000 pedaladas avanzaba 2 centímetros. Vuelvo a cambiar y la bici comienza a avanzar, pero con mucho esfuerzo, qué dolor, dolor de todo, de piernas, de riñones, de mandíbula (de apretar los dientes). No estoy segura pero creo recordar que iba maldiciendo.

No sé que distancia tendrá esa subida pero ese día se me hizo interminable. Es curioso lo relativas que son las velocidades. Cuando salgo a correr y me adelanta una bicicleta siempre pienso "que bien en bici, qué rápido y sin cansarse. Ya podrá!"pero yendo en bici, (sobre todo subiendo cuestas) suelo tener la sensación de que si subiera caminando iría más deprisa.

Por dónde iba...ah! aún estaba subiendo la primera cuesta de la ruta (qué largo se me hizo!). Cuando llegué arriba, casi vomito del esfuerzo que había hecho. Me sequé el sudor. Y me di cuenta de que lo peor estaba por llegar. Había que bajar la cuesta. Si la subida fue dura, la bajada fue de vértigo. No sé cuanto llegó a marcar el cuenta kilómetros, tenía los ojos llenos de lágrimas. Qué velocidad!. No conseguía ver nada. Sólo intentaba sujetar el manillar fuertemente. Intentaba no perder el control. Me repetía a mi misma "si te caes, te matas. Si te caes, te matas. Si te caes, te matas...". Y lo conseguí, no me caí. Ya sabéis, el poder de la psicología que es muy importante en el deporte.
Ese día, al final de la ruta creo tenía más agujetas en los brazos que en las piernas de la fuerza que hice para no perder el control en esa bajada. Qué tensión!

Por suerte esa primera cuesta era la peor, el resto fue menos duro (en cuanto a subidas y bajadas se refiere). A partir de ahí yo ya estaba agotada del cansancio. Sólo acertaba a decir de vez en cuando... "volvemos ya? cuantos más kilómetros hagamos de ida más kilómetros tendremos que hacer de vuelta".
En la bici cada kilómetro suma. Poco a poco se empiezan a notar los calambres en las piernas, los glúteos están "molestos" (pasas más rato pedaleando de pie que sentado). Ese día, descubrí la importancia de los pantalones almohadillados. La vida del ciclista sin pantalón almohadillado debe ser un infierno. En serio, vale que son un poco anti-estéticos y  que la primera vez que te los pones es raro, comos si llevaras puestos unos pañales, el segundo día... vale, es raro también...bueno y el tercero y el cuarto día. Realmente creo que nunca nadie se acostumbra a llevar dos esponjas de baño pegadas al culo. Pero todos sabemos que sin ellos las posaderas sufrirían demasiado.

Es un momento dado decidimos darnos la vuelta. Por fin! sólo había que deshacer el camino. Ir restando kilómetros. Ya estábamos a punto de llegar, sólo nos quedaba un kilómetro para llegar a casa. Bien! ya "sólo" nos quedaba volver a subir y bajar la cuesta. 😱😱

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